Hace casi dos años desde que un virus desconocido nos cambió la vida. Todas las relaciones sociales, tal y como las conocíamos, cambiaron de forma drástica. Es obvio que hemos perdido mucho en esta batalla, muchas vidas, mucha salud, muchos empleos…pero no es menos cierto que muchas personas han dado lo mejor de sí mismas.
Desde Calasanz Santurtzi queremos compartir la experiencia de nuestro alumnado de segundo curso de FP Básica en el acompañamiento a los mayores de la residencia Rodríguez de Andoin V, en el municipio de Portugalete. La situación pandémica impide que los alumnos estén de forma presencial en dicho centro, como a todos nos hubiera gustado, pero no ha imposibilitado que todos los martes por la mañana se conecten por videoconferencia con la residencia.
Durante el tiempo que dura la conexión, comparten experiencias de antes y ahora con los mayores de la residencia. Para nuestros alumnos esta relación virtual les muestra la realidad de la vida en una residencia, les regala el conocimiento que los mayores comparten generosamente con ellos, aprenden a valorar todo lo que hoy disfrutamos y ayer ni siquiera pudieron soñar nuestros padres y abuelos y se empapan de la humanidad y el cariño que reciben.
Nuestros alumnado, a cambio, hace sentir a los residentes que son importantes, que a pesar de que en nuestra sociedad tendemos a apartarlos, a ellos les importa todo lo que les pase, lo que sienten en el día a día, les hacen sentir que tienen mucho que aportar a esta sociedad y que su valía es inmensa. Los intercambios intergeneracionales son enriquecedores para ambas partes, para los jóvenes por todo lo que aprenden y para los mayores para que se visibilice el potencial que pueden llegar a mostrar. Las sesiones duran una hora aproximadamente y cuentan con la presencia imprescindible de Sandra Tabuenka, animadora sociocultural de la residencia, que dinamiza estos intercambios y a quien agradecemos su gran trabajo.
Desde el colegio, nos parece crucial la intervención con jóvenes, fomentando los valores que son intrínsecos al currículo escolar, como la solidaridad, la empatía o la humanidad. Los jóvenes de hoy cogerán nuestro testigo en pocos años y nuestra labor consiste en que puedan desarrollarse en nuestra sociedad de la mejor forma posible, tanto para ellos como para el resto de la sociedad, por eso creemos firmemente en los intercambios generacionales y la importancia de estos aprendizajes.