El orden, como todo aprendizaje, se enseña. ¿Y qué mejor manera que transmitirles a los más pequeños ser ordenados desde la tranquilidad y armonía que uno siente cuando todo está en su lugar?
El secreto para conseguir que los niños sean ordenados es bastante sencillo, y es que hacer del orden un juego es la idea más acertada. ¿Cómo podemos conseguirlo? Por ejemplo, dedicando un día a la semana a agrupar y clasificar los juguetes. Es recomendable ayudarles y guiarles en esta tarea, pero también debemos dejarles que desarrollen su propia iniciativa y creatividad, permitiéndoles que sean ellos los que decidan (en la medida de lo posible) el lugar en el que deciden guardarlo.
A lo largo de la semana puede ocurrirnos que no todos los juguetes estén en su lugar, o que diferentes juguetes estén mezclados, por ello, os proponemos algunas ideas para reordenar las cosas y que poco a poco vayan adquiriendo el orden en todos los aspectos de su día a día. Una alternativa eficaz sería la de sacar todos los juguetes y empezar a agruparlos en familias. Las familias pueden ser agrupar a los animales por un lado, coches por otros, muñecos pequeños por otro, bloques en otro lugar, muñecos más grandes en otro, disfraces, balones o pelotas…
Otra rutina altamente recomendable para ayudarles a ser más organizados mentalmente es completar rompecabezas. Es un juego en el que trabajamos la motricidad fina, la imaginación, la concentración, la lógica y lo más importante, la capacidad de encajar las piezas. Así, inconscientemente se irán acostumbrado a poner orden al desorden. Es por eso que es tan recomendable rodear a los más pequeños con puzzles que les puedan suponer pequeños retos, y con el paso del tiempo, iremos notando pequeños cambios en su actitud.
Además de estos pequeños consejos, también podemos animarles a participar en tareas cotidianas que impliquen a toda la familia: reciclar la basura, ya que tenemos que interiorizar el material para tirarlo en su cubo correspondiente, separar la ropa de acorde a quién pertenece (la de ama, la de aita, la de su hermano/a…), separar la ropa y agrupar todos los jerséis juntos, las camisetas juntas, los calcetines… Todo lo que se nos ocurra para hacerles partícipes de las tareas de la casa le servirá para aprender a ser más ordenados. Además, les encantará ser el/la responsable de estas tareas, y así se sentirá más “mayor”. Los niños se sienten estimulados y valorados ya que se les trata como “niños grandes”. Estos pequeños consejos animarán a los más pequeños de la casa a tener todo en su sitio y a aplicar estos hábitos a todos los ámbitos de su vida.