Tras tiempo detrás de las mascarillas, sentados en grupos burbuja, aprendiendo desde la observación, discreción y silencio, el alumnado tiene ahora el reto de volver a conquistar los espacios comunes, de visibilizar sussonrisas, de volver a levantarse, de relacionarse sin ordenadores, y de respirar de nuevo, ahora sí, sin mascarillas.
El equipo de primero del ciclo de personas en situación de dependencia de Calasanz Lanbide Ikastegia recupera el proyecto “Aixe Goxo”. Un proyecto que nació para favorecer nuevos espacios de aprendizaje al aire libre y que hoy vuelve a cobrar importancia para conquistar la nueva normalidad.
“La pandemia ha dejado muchas huellas en todas las personas, y los y las adolescentes han tenido que aprender a relacionarse desde la distancia, gestionando emociones de incertidumbre y estrés. Si acompañamos en momentos de pandemia, ahora necesitamos también acompañarles a recuperar hábitos saludables olvidados, a retomar formas de relaciones y recuperar el bienestar en esta nueva etapa”. Nos dice el equipo de este ciclo formado por Ana Gutiérrez, Paqui Durán y Noemí Fernández.
Por eso, estos días se pueden ver a los alumnos y alumnas pintado una mandala al aire libre, cuidando flores, plantando un pequeño huerto o diseñando espacios que faciliten las relaciones y generen oportunidades de aprendizaje social fomentando valores la tolerancia y participación comunitaria.
Este proyecto nació hace unos años, con un doble objetivo. Por un lado, que el alumnado diseñara un jardín terapéutico para favorecer encuentros intergenacionales con las personas mayores de la zona, y por otro lado, generar un espacio emocionalmente sostenible que facilitara la autorregulación emocional del alumnado. Yahora vuelve para dar respuesta a las nuevas necesidadesen esta nueva etapa.