En diversas ocasiones hemos escuchado que la experimentación es muy importante a lo largo del proceso de aprendizaje, pero ¿sabemos por qué? ¿Qué aporta?
La experimentación supone poner en práctica esos conocimientos y aspectos que hemos trabajado de forma teórica, es decir, supone la interiorización desde la propia experiencia de cada niño/a, construyendo así sus significados y, por lo tanto, obteniendo sus propias conclusiones. Como María José Cabello, pedagoga, afirma en su publicación sobre la ciencia en Educación Infantil, es necesaria la experimentación desde edades tempranas con objetos y materiales del entorno. Vivencias y materiales de la vida cotidiana aportan esa experimentación pudiendo relacionar e ir ampliando su conocimiento.
Por todo ello, en Calasanz, ofrecemos a nuestro alumnado un aprendizaje significativo mediante materiales acordes al trabajo a realizar a la edad a la que se dirige, donde además de adquirir conocimientos los ponemos en práctica y son nuestros protagonistas quienes realizan esa tarea. No siempre todas las experimentaciones son favorables y es eso, precisamente, lo que hace que tengamos ganas de probar, ensayar, equivocarnos y así, razonar y dirigir nuestro aprendizaje.