Nuestro alumnado de 4 años ha trabajado su lado más artístico este tercer trimestre. Lejos de lo que la gente pueda pensar, el arte juega un papel fundamental en el desarrollo cognitivo y funcional de los niños: no es pintar por pintar, sino expresar lo que cada uno lleva dentro, dándole voz a nuestros pensamientos y sentimientos.
En este viaje artístico, no nos hemos cerrado exclusivamente al tipo de cuadro, ya que también hemos trabajado los sentimientos junto a nuestro lado más humano y emocional: ¿Que nos hace sentir la visualización de diferentes formas artísticas? Miedo, desorden, caos, amor, ternura… Son palabras textuales que nuestro alumnado es capaz de expresar al ver un cuadro de Miró o Picasso. ¿Increíble? Sí y no. Los niños tienen un sexto sentido para captar las emociones en los dibujos, y si se trabaja eso, se obtienen esos resultados.
En este tercer trimestre hemos trabajado figuras realistas, cubistas, abstractas… Y todas ellas han llamado su atención y se han interesado por el mensaje que querían plasmar. En la realización de sus propias creaciones han dejado volar su imaginación (como siempre, en diferente medida porque cada uno lleva un proceso de maduración único y diferente) y han experimentado, han improvisado, han perdido el miedo y lo han intentado, y sólo por eso ya se merecen un aplauso.
Para finalizar con este proyecto, hemos visitado la Casa Torre de Santurtzi y allí hemos visto diferentes cuadros y esculturas. Nuestros pequeños artistas han sabido ver más allá y para cada cuadro han creado una historia gracias a su imaginación, y muchos incluso se han animado a afirmar si se trata de algunas de las corrientes artísticas que hemos visto. ¡Qué maravilla! Esta visita ha sido mucho más que una visita relacionada con el proyecto. Esta visita al museo Casa Torre ha sido la suma de diferentes competencias en el que hemos incorporado el cumplimiento de las medidas sanitarias, higiénicas y de aforo permitidas, y cómo no, de seguridad vial. También hemos sido respetuosos con los trabajadores del museo y con la gente que por la calle nos ha preguntado qué íbamos a hacer y a dónde nos dirigíamos. Y cómo no, hemos aprendido algo más sobre Santurtzi y de las diferentes alternativas artísticas que ofrece.
Antes de volver a clase, parada obligatoria en el Parque Gernika para recordar por qué tiene ese nombre. Los niños son verdaderas esponjas si les facilitamos los estímulos necesarios, y el arte es un estímulo muy necesario e imprescindible. No lo olvidemos y ¡saquemos al artista que todos tenemos dentro!